martes, 12 de agosto de 2008

Ana Alonso)Los misterios plásticos de La Cepeda


La pintora leonesa Ana Alonso muestra su concepción pictórica de esta comarca leonesa en la exposición que hoy inaugura en el Torreón de Pernía

El movimiento cultural en La Cepeda se ha convertido en un referente dentro de las muchas actividades, especialmente veraniegas, que se vienen celebrando en la provincia. Un importante grupo de sus hijos se ha implicado para elevar al máximo las acciones culturales y la recuperar la brillante historia de esta tierra tan profundamente leonesa.
El Torreón de Pernía es el símbolo de esta empresa, rescatado de la ruina es ahora la mejor bandera para este extraordinario cúmulo de actividades culturales y artísticas. Hoy se inaugura en esta sede de actividades cepedanas la exposición de la pintora leonesa Ana Alonso, una artista que poco a poco ha sabido crearse un lugar en la extensa nomina de pintores de León.
La idea de esta exposición nació hace año y medio en este mismo centro cultural. “Fue en una charla con la infatigable Concha Casado –explica la pintora- ella me animó a pintar La Cepeda. La idea me pareció interesante porque mi padre desciende de esta tierra y mis abuelos son de Quintana… la verdad es que consiguió ilusionarme. A mí esta comarca me encanta, la conozco desde la infancia. Especialmente me interesa como elemento plástico la gran cantidad de agua que tiene, fuentes, cascadas, pantanos… que son una de las referencias más características de mi obra. Siempre he preferido los paisajes en los que el agua sea la protagonista”.
Durante este año y medio Ana Alonso ha pintado La Cepeda desde todos los ángulos, “En mis cuadros –dice- figuran las espadañas de las iglesias, las casas típicas de la zona, los torreones y monumentos históricos que han podido salvarse y también unas visiones de los paisajes cepedanos, especialmente en el tiempo de primavera”.
La pintura de Ana Alonso es realista, “aunque ha sido un paso –explica- que he dado en los últimos tiempos, he pasado del impresionismo al realismo, añadiendo otros elementos a los cuadros para intentar reflejar la esencia de lo que yo siento. Pretendo que los espectadores que ven mis cuadros sientan lo mismo que yo he sentido al pintarlos, de ninguna manera quiero que se queden indiferentes ante ellos”.
La exposición está realizada básicamente en óleo sobre lienzo, aunque hay un par de cuadros resueltos al pastel y uno de gran tamaño, dos metros y medio, que ha realizado con acrílicos y que es una interesante prospección de la pintora en la abstracción. Refiriéndose a su obra ha escrito el también pintor Nadir, “Ana Alonso se decanta en su labor creativa por lenguajes misteriosos, oníricos y un tanto metafísicos y, sobre todo, ebrios de un romanticismo con toques surrelistas que disipa la monotonía de lo cotidiano estimulando el conocimiento de lo sensible, en favor del objetivo principal del arte: Alcanzar la experiencia estética, en este caso, a través de un sentido homenaje a una comarca tan característica como La Cepeda”.

lunes, 11 de agosto de 2008

(Puri Lozano y Miguel Sánchez)El Camino en Imágenes



Puri Lozano y Miguel Sánchez exponen en el Centro Cultural de Caja España su visión fotográfica de la senda santiaguista
El Camino de Santiago es fuente inagotable de inspiración para escritores, pintores, escultores y para todos aquellos que llevan el arte en el alma. Estos días, en el Centro Cultural de Caja España, puede verse la espléndida colección de fotografías que a lo largo del Camino Francés han realizado los artistas leoneses Puri Lozano y Miguel Sánchez. Son imágenes que nos trasladan de una forma mágica y colorista desde Roncesvalles a la tumba del Apóstol.

La exposición, integrada por setenta y cinco imágenes, no es simplemente una enumeración plástica de los hitos monumentales de la senda santiaguista, es mucho más. “Al recorrer las tierras por las que discurre la Ruta Jacobea –comentan los autores- coincidimos con fechas señaladas, pudimos encontrarnos con romerías en honor a la Virgen Peregrina o al Apóstol Santiago, fiestas tradicionales que recuerdan tributos de doncellas a moros o eternas discusiones de foros y ofertas, justas medievales en memoria de las que celebrara Don Suero de Quiñones en el Puente del Órbigo, descubrir enigmáticas leyendas y observar los rituales del peregrino, desde clavar la cruz en el alto de Ibañeta, arrojar una piedra en la Cruz de Ferro del Monte Irago o rendir homenaje en el Santo das Croques al final del trayecto”.

Pero en la exposición destaca el buen hacer de estos dos formidables retratistas que son capaces de trasladar a través de sus objetivos la realidad física y espiritual del camino más mágico de la península.

Hay una temática repetida en buena parte de las fotografías que demuestra claramente la paciencia y el tesón de los artistas: las nubes. Puri y Miguel han buscado los mejores escenarios y han esperado en cada sitio el momento oportuno para que unos impresionantes y plásticos cúmulos de nubes llenaran el espacio y dieran una enorme fuerza a sus obras.

Por otra parte son obras que en buena parte ya conocemos por haber aparecido en innumerables publicaciones, pero que cambian y mejoran al poder contemplarse en esta sucesión de pasos que completan un iniciático viaje en imágenes por el centenario Camino Francés. “Siempre nos ha interesado –explican- el hecho de que tantas gentes, con motivaciones tan diferentes como ellas mismas, decidan echarse a andar por los caminos del mundo en busca del perdón, de aventuras o de encuentros con otros pueblos y culturas. Tal vez, pensamos, lo que todos busquen no sea en esencia tan distinto y lo que de verdad se persiga sea caminar, más que llegar a un destino concreto”.

En la Villa del Libro los sabores los pone un cocinero leonés


Ángel González presenta lo mejor de la gastronomía terracampina en Los Lagares de Urueña.

El mediodía se anuncia en Urueña con un sol que aplana, que obliga al visitante a transitar pegado a los muros aprovechando hasta el último frescor de las sombras. De sus figones emergen unos extraordinarios aromas a cordero tostándose en los hornos de barro y a los guisos que burbujean en los viejos fogones. Urueña, que durante un tiempo fue desierto gastronómico, tierra de pan llevar, cuenta ahora con una interesante oferta gastronómica que tiene su mejor exponente en la casa de un ilustre leonés, Ángel González.

El comienzo como cocinero de Ángel González se pierde en el tiempo, él fue el creador del restaurante Rías Bajas (1982), en pleno centro de León, al lado de la estación de vía estrecha, de la FEVE. Con el tiempo este sería el primer hogar de quién llegaría a ser el primer cocinero de la capital leonesa, Carlos Cidón, allí se abrió el primer Restaurante Vivaldi.

Para Ángel González vendría después un largo periplo viajero: Santander, País Vasco, Córdoba, Granada, Valladolid… y Urueña, un feliz término para un viaje gastronómico de altura.

Ángel González es un restaurador con alma de poeta, “Me afinqué en Urueña –dice- porque me llamó la atención el paisaje. A mí estos campos de tierra me recordaban el mar, que ha sido siempre uno de mis referentes. Y, además, es un lugar que me acercaba a mi tierra de nacencia, a León. Sabía las dificultades económicas con las que me enfrentaba, pero pensé que Valladolid tenía posibilidades de expansión”. Ángel se ha afincado intramuros en una calle que lleva desde siempre un nombre eminentemente gastronómico: Catahuevos.

Ángel es un apasionado de los productos de la tierra. “Estamos en Tierra de Campos y aquí puedo desarrollar la misma cocina que haría desde León. Llevo tres años haciéndolo y creo que las cosas marchan bien. Durante este tiempo hemos hecho una gran labor de investigación en lo referente a menús típicamente terracampinos, que arrancan de la provincia de Zamora, con sus maravillosos quesos, pasan por las legumbres de León, que intentamos defender a capa y espada, y terminamos con los inigualables asados palentinos”.

La cocina de Los Lagares de Urueña, hora es ya de que reseñemos el nombre de este peculiar establecimiento hostelero, “la definiría –dice Ángel- como la cocina del terruño. Nuestros platos nacen de la tradición de León y Castilla. Tratamos cada día de rescatar lo que se comía en esta comarca hasta hace algunos años. Queremos recuperar las tradiciones del Canal de Castilla y después la vía estrecha, lo que me recuerda al Trascantábrico. Hacemos en invierno una increíble Olla del Ferroviario, que une de alguna manera a León con este lugar privilegiado de Urueña”.

Lo que más le gusta cocinar a Ángel González es un guiso de sabrosas alubias de La Bañeza. “Hacemos un plato que recupera la tradición de Casa Boño, con sus ancas de rana, las acompañamos de un compango con acento asturiano, y lo rematamos con la inigualable alubia bañezana. Eso lo servimos todo en un mismo plato”.

Otra de las creaciones espectaculares de Los Lagares de Urueña, es su morcilla con cecina, manzana al horno y foie, una espectacular manera de presentar dos de los productos estrella de la gastronomía leonesa, la cecina y la morcilla.

Sobre la Villa del Libro, más allá de su realidad gastronómica, explica Ángel que “es un proyecto aún inacabado. Esto es como el escritor que aún no ha terminado de exponer su argumento en la novela que está escribiendo. La escritura de este libro que es Urueña, contiene la realidad de unos paisajes enormes y una tradición muy unida a León. No hay que a olvidar que hasta principios del siglo XIV fue solar de los reyes leoneses. Creo que la realidad última de Urueña tienen que realizarla los visitantes que vienen a vernos”.

Finalmente les ofrecemos una visión apresurada de la carta de este singular restaurante. En los entrantes destacamos su Hígado de plato templado con cascada de paleta ibérica sobre esponjoso de nueces de Urueña y semillas de amapola. O los pimientos rellenos de pichón con salsa de sus mollejas y de centollo de setas con arroz negro. El caliente de setas con pimientos de Fresno asados y puerros de Sahagún, acompañados de queso de Taramundi. Y su Sublime de mollejas de pichón bravío salteado con setas de temporada y trigo cocido al punto. Sin olvidar sus platos de cuchara como las Alcachofas con almejas y chipirones con cordón de su tinta o la Pasta fresca con espinacas, langostinos y salsa de boletus.

En pescados es inevitable degustar aquí el Bacalao en lascas a la forma de los arrieros, los Escalopes de rape con hígado de pato y cogollos de Tudela estofados con miel de romero y el Lomo de bacalao a la molinera en ajo de La Mancha.

En carnes tienen especial relevancia en su carta, los Medallones de solomillo ibérico mechado con queso de cabra y gajos de manzana con cabello de ángel. Las pechugas y muslitos de pichón bravío de Campos con puré de manzana y semi-dulce de Yllera y el Solomillo de ternera con patata lasqueada y fritura de pimientos en aceite de jijas.

Para terminar el apartado de postres, con delicias como el Soufflé de castañas de Sanabria con mousse de praliné de avellana. El Esponjoso de avellana al horno con carpaccio de piña y caramelo de lima o el Crépe relleno de arroz con leche con crema de colacao.

Esto es solamente un resumen apresurado, que se complementa con unas espectaculares cenas medievales, aulas de gastronomía, talleres de las setas y el pan… Todo un proyecto culinario de gran envergadura que tiene como escenario la villa medieval de Urueña y como protagonista al leonés Ángel González, acompañado por la gran especialista de la cocina Isabel Curiel. Hay que degustarlo.

……..

Restaurante Los Lagares de Urueña

Calle Catahuevos, nº 6

Urueña (Valladolid)

Teléfono: 983.71.70.33

Descanso: Lunes

Horario: de 13,00 a 16,00 y de

20,00 A 23,00

Menú recomendado:

Ensalada de escabechados con ensalada de frutos secos y quesos de la zona Taco de atún rojo albardado con albardado con papada de cerdo ibérico

Crema de arroz con leche con helado de canela

Precio: 23 euros con vino y café

Calificación: (de 1 a 5) ****