lunes, 26 de mayo de 2008

(José Luis Casas) Recuerdos en las piedras

El escultor leonés José Luis Casas Paramio expone en la galería de arte Ármaga


La escultura de José Luis Casas muestra toda su potencia en los grandes monumentos urbanos, pero es muy interesante conocer sus obras de menor tamaño, esas esculturas íntimas que en muchas ocasiones son solamente en peldaño necesario para pasar después a las grandes dimensiones. La piedra y el hierro, el hierro y la madera, los materiales más duros se convierten milagrosamente en dóciles estatuas en las fuertes manos del este singular escultor leonés.

La galería de arte Ármaga presenta estos días, Remembranzas, una muestra de los últimos trabajos del artista en los que sus materiales más característicos, el hierro, la madera y la piedra, se combinan para mostrarnos unos volúmenes de contenida belleza. Unas obras en las que la imaginación se deja domar por las férreas estructuras, en las que las grandes piedras, cantos rodados recogidos de forma aleatoria en cualquier corriente como testigos de una naturaleza en constante cambio, sufren una fragmentación en las manos del artista, para luego, con enorme mimo reconstruirlas y dotarlas de ese soplo de vida que buscaron inútilmente durante siglos en lo más profundo del cauce de los ríos donde han vivido.

Explica Casas que sus esculturas “siguen la línea de Fracturas Líticas, mi última exposición en el palacio de los Guzmanes, pero con otra vuelta de tuerca, jugando más con el metal que con la madera”.

Podríamos pensar que el escultor, acostumbrado a realizar grandes obras. Dejaría de lado las de pequeño formato, pero no: “Las esculturas de gran tamaño son una suma de graves problemas, mientras que en las pequeñas los problemas se minimizan, o al menos están a una escala más humana, más del individuo. Siempre te encuentras más a gusto cuando puedes controlar las cosas”.

En esta ocasión José Luis Casas ofrece también una serie de esculturas de pared, él no quiere llamarlas cuadros, “Son bajo relieves en madera –dice- en los que el espacio, la profundidad, tiene mucha importancia”.

Del artista, que se inspira en versos de José Luis Borges, ha dicho Cristina Martínez: “Sus obras poseen gran fuerza y potencia, en ellas existe una lucha interna entre los distintos materiales que utiliza, por un lado la madera, material orgánico, cambiante, vivo, que se degrada, que siempre avanza; y, por otro lado, el hierro, un material estático, inerte, inalterable”. Y en medio esas piedras que unas veces sufren prisión y otras son delicadamente acariciadas por los otros elementos escultóricos.

jueves, 22 de mayo de 2008

Rumbosa boda en El Corte Inglés

Los jamones de bellota de Covap y los vinos de Bodegas Baigorri celebran por todo lo alto su maridaje

En la terraza de El Corte Ingles se celebran más bodas que en la Catedral o la Virgen del Camino. Raro es el día que el personal no se reúne en el coqueto espacio para concelebrar la unión, más o menos para siempre, de diferentes productos, lo que se ha dado en llamar: maridaje.

Esta semana la ceremonia tuvo como protagonistas a los caldos de las Bodegas Baigorri, de La Rioja Alavesa y La joya de los Pedroches, los jamones cordobeses de bellota de Covap.

Como testigos de tan importante maridaje estuvieron presentes los más destacados restauradores de la capital.

Baigorri es una bodega tan nueva como diferente, desde la arquitectura de sus instalaciones, perfectamente integrada en el paisaje, hasta los métodos de trabajo que emplea, basados en la gravedad, sin el empleo de de tolvas o bombeos en los que la uva y el vino pueden verse perjudicados. Treinta y siete metros de profundidad, treinta y siete metros bajo tierra tiene la bodega, quedando a nivel de superficie solamente la recepción y un impresionante comedor de cerca de un millar de metros cuadrados.

Y en lo profundo de las entrañas de la tierra todo lo necesario para la elaboración de seis vinos que intentan ser diferentes: un blanco, un rosado y cuatro tintos. Esta bodega ha establecido para su producción el techo de un millón de botellas anuales.

El novio y sus hermanos

Simón Harina Robles es el enólogo de la casa y quien acompañó a los caldos a su presentación y posterior maridaje en la concurrida terraza de los grandes almacenes.

Abrió el cortejo el blanco fermentado en barrica de roble francés, elaborado a partir de la uva viura. Es un vino sorprendente de intenso color dorado, que nada tiene que ver con los blancos frescos y afrutados que estamos acostumbrados a consumir. Un vino con mucho cuerpo y de gran personalidad que acompaña perfectamente a carnes blancas y toda clase de aves.

Conocimos después el tinto de elaboración carbónica. Bonito color picota con ribete rosaceo y brillante que denota lo jovial de este vino. Lágrima que se desliza con rapidez debido a su media graduación alcohólica. En nariz es fragante de frutos rojos, fresas, frambuesa, moras, con aromas de miel y confituras. Con el paso del tiempo aparece en escena el regaliz. En boca es denso, con buen ataque, algo carbónico, sirope de fresa, naranja amarga. Taninos algo marcados.
Llegó después uno de los emblemas de la bodega, su vino de garaje, un caldo sin concesiones a la tradición, en el que sus autores se expresan sin cortapisas. Su color granate con ribete bastante violáceo. Nariz interesante con buena fruta roja madura, bastante especiada, con tostados agradables, balsámica. En boca está muy bien equilibrado entre la parte dulce, la acidez y el amargor. Buena integración de la madera.
Final largo, devolviéndote de nuevo mucha fruta roja madura y toques especiados.

Estos fueron los hermanos del novio, pues quien contrajo nupcias con el sensacional para negra que el gran especialista Juan Carlos, cortaba en delgadas lonchas mientras degustábamos los diferentes vinos, fue el máximo exponente de la bodega, su tinto reserva elaborado a partir de uvas de viñas muy viejas, uvas de la variedad tempranillo, con pequeñas proporciones de otras variedades autóctonas, seleccionadas a mano, grano a grano. Largas maceraciones en botas de madera permiten extraer todos los sabores primarios del fruto, para posteriormente, una vez concluida la primera fermentación, pasar a la fase de prensado, utilizándose especialmente para este vino una prensa vertical. Los mostos, junto con sus lías, producidas después de concluido el proceso, se colocan en barricas nuevas de roble francés, que en un ambiente de 20 grados realizan su fermentación maleólica. Los resultados de tantos cuidados son estos: Color picota violáceo. Nariz de buena intensidad con las notas de la crianza bastante marcadas, algo de frutilla negra del bosque, sirope de ciruela, un toque balsámico y algún tostado. En boca tiene cuerpo medio con suave amargosidad, buena presencia de fruta, con estructura, buena acidez y bastante largo. Una delicia que cobrará nuevos matices acompañado del pata negra.

El otro novio es el jamón de bellota

Bartolomé Moreno fue el encargado de introducir el jamón de bellota Ata Expresión, de Ibéricos Covap. “Este jamón –dijo- es como una saludable medicina. Hace algunos meses se hizo una prueba en una residencia de la tercera edad, se sirvió durante un mes a los ancianos una ración diaria de 50 gramos de pata negra... concluido el periodo se hicieron análisis de sangre y pudo comprobarse que los distintos niveles de analítica habían mejorado notablemente en todos los casos. Una prueba de sus bondades. Además, es muy difícil que alguien pueda sufrir los efectos de una sobredosis de este producto, ya que sus precios hacen que se deguste parsimoniosamente, con todo el cuidado y únicamente en las dosis precisas”.

El Valle de los Pedroches es un parque de increíble belleza ubicado en el corazón de Sierra Morena, que se enorgullece de albergar el encinar más grande de Europa. En este maravilloso ecosistema viven desde hace siglos generaciones de ganaderos especializados en la cría de cerdos de raza ibérica.

Estos animales se consiguen a partir de padres y madres de pura raza ibérica excelente, para lo que la cooperativa productora cuenta anualmente con unos 1.700 animales con esas características. Los cerdos viven en un peculiar ecosistema secularmente apto y defendido para la cría del mejor ganado, especialmente propicio para los ibéricos. Covap dispone de un millón y medio de hectáreas muy cuidadas.

La vida de los cerdos se desarrolla en la dehesa con muy poca densidad animal, de forma que cada uno disponga de suficiente y adecuada alimentación, así como una superficie que le lleve a caminar buscándola.

Los jamones alta expresión Covap son piezas artesanales elaboradas mediante procesos personalizados en los que la experiencia y sensibilidad del Maestro Jamonero marcan el camino de una auténtica delicia gastronómica.

Estos jamones, según su tamaño que va de los 6 a los 8 o 9 kilos, tienen un periodo de curación distinto, desde los 3 a los 5 años.

Los resultados son espectaculares y el matrimonio entre su carne y el vino de Bodegas Baigorri, un acierto indiscutible.

(Gómez de la Torre)Cuando la luz es un juguete

El pintor malagueño Gómez de la Torre expone sus óleos en Arte Lancia



Es malagueño, vive en Sevilla y tiene prisionera en sus cuadros toda la luz de su tierra. Juan José Gómez de la Torre muestra en Arte Lancia una obra poderosa, colorista y muy actual, absolutamente emparentada con los impresionistas y el expresionismo alemán. Sus citas a estos ya clásicos movimientos las hace desde una visión contemporánea de la pintura basada en el dibujo, es catedrático en la Universidad de Sevilla, y en la potencia del color.

Su formación académica le hace tener una sólida base a la hora de ponerse ante el lienzo. Pero eso no significa que esté anclado en el pasado. “Mi carrera ha sido, y sigue siendo, una continua búsqueda. Me gusta experimentar, descubrir nuevas posibilidades para mi pintura, siempre intentando estar motivado aquellas ideas, aquellas motivaciones que te llevan a expresarte a través de la pintura”.

La Escuela Sevillana de pintura fue un movimiento, basado en el realismo mágico, que durante el último tercio del siglo XX estuvo de moda, pero Gómez de la Torre nunca participó de ella. “Yo siempre he estado al margen de las distintas corrientes artísticas andaluzas. El tipo de obra que hago es muy personal y nunca ha encajado dentro de los grupos que se han ido creando a lo largo de los últimos decenios”.

El pintor define su obra: “Yo estoy muy cogido entre el impresionismo y el expresionismo, quizá por ello gusten tanto mis cuadros en Alemania, mis verdaderos referentes son los maestros del impresionismo. Estoy muy comprometido con el estudio de color, de la luz en las distintas estaciones... en definitiva con el juego del color y la luz. Hay dos temas que interesan especialmente, los bodegones y el paisaje. Pero en muchas ocasiones detrás de cualquier bodegón hay algo más. El motivo es lo menos importante, lo realmente sustantivo en el tratamiento pictórico que le doy. Lo que me preocupa es solucionar los problemas de los cánones compositivos, la teoría pura del color... A veces todos estos planteamientos son simplemente excusas para ponerme a pintar, para expresar mis sensaciones”.

Confiesa el pintor que normalmente trabaja con apuntes recogidos del natural, “con acuarelas pintadas rápidamente en cualquier rincón que después, en mi estudio sevillano, se convierten en los óleos que se pueden ver en esta exposición”.

La mejor definición de la pintura de Gómez de la Torre es la de que se trata de una obra experimental, en continua búsqueda de nuevas posibilidades, de caminos diferentes para capturar toda la belleza de la luz meridional de Andalucía.

(Jaime de la Jara)Una filosofía en tres capítulos

Jaime de la Jara presenta en el Cubo Azul una exposición en la que explica su interpretación del mundo de la imagen



La manipulación de las imágenes es el fondo de la exposición Waiting Room, que Jaime de la Jara muestra estos días en el siempre “emergente” Cubo Azul. Un trabajo con tres vertientes complementarias, el vídeo, la instalación y la fotografía, que se unen en torno a una misma idea, hacer una crítica de la incidencia del mundo de las imágenes en la sociedad actual. “Trabajo –explica el artista- la fotografía el vídeo y las instalaciones fundamentalmente. Conceptualmente giro en torno al mundo de la imagen desde un punto de vista muy contemporáneo. Quiero ser crítico, aunque no de una manera muy radical, sino de un forma sutil. Intento abrir una serie de vías de pensamiento para general dudas sobre las imágenes con las que trabajamos y de las que estamos aprendiendo. Ellas son los soportes que nos transmiten la información y me interesa la veracidad de ese mundo”.

El primero de los tres capítulos de esta exposición está dedicado al vídeo. “A mí me gusta – dice- trabajar con el vídeo, pero no considerándolo como un soporte semejante al cinematográfico. Me gusta emplearlo como una forma más de investigación, con el lógico rigor, pero sin intentar hacer cine”. En el cubo Azul Jaime de la Jara, nos ofrece una sugerente interpretación visual de un paseo por el campo.

Lo más espectacular de esta muestra es una instalación dentro de la que únicamente se encuentran un espejo y un banco. “En la instalación he tratado de reproducir un espacio falso y ambiguo, que he reproducido para tener un conocimiento pleno de lo que hay en él. También intento saber que es lo que vemos en realidad, porque normalmente recibimos muchas imágenes pero no las analizamos. En el fondo es una especie de autocrítica, un espacio bello en el que hay que rascar para conocer su realidad”.

Y finalmente las representaciones fotográficas. “Las dos fotografías de la exposición que pertenecen a una serie muy amplia inmersa en un ambicioso proyecto fotográfico sobre espacios en los que no ocurre nada. Son lugares fríos en los que no existen los conflictos, y esa dejadez hace que esos motivos se desmoronen. Muestro esa búsqueda de que todo sea perfecto dentro de la sociedad en la que vivimos, pero que normalmente tienen también muchos elementos destructivos. Con estas imágenes hago una especie de metáfora sobre eso”.

(Eva María Pérez )Recreando la naturaleza

La pintora leonesa Eva María Pérez expone sus obras en El Albéitar


La sala de exposiciones del Ateneo Cultural El Albéitar presenta estos días la exposición de la joven pintora leonesa Eva María Pérez. Las series de obras de la muestra ofrecen una visión panorámica de su corta pero intensa carrera. Eva María estudió Bellas Artes en la Universidad de Salamanca, donde realizó sus primeras exposiciones. Después de un activo silencio hizo en León, en la Galería Sardón, su primera salida individual ante el público.

La pintora está enamorada de las impresionantes montañas de los Picos de Europa y, en buena parte, sus primeros cuadros tenían estos espectaculares paisajes como referencia. Sólo como referencia ya que la imaginación de la artista la impide anclarse ante un escenario para retratarlo sin otras pretensiones. Eva María reinventa lo que mira y lo lleva a una abstracción, más o menos profunda, según es espacio temporal que empleara para su realización. En los últimos tiempos la materia y el color pueden con las imágenes, y muestran claramente la enorme personalidad de esta joven pintora.

La exposición la ha titulado “Contrastes” por la clara diferencia que hay entre sus cuadros, digamos tradicionales, y sus cajas de luz, piezas en las que la artista investiga nuevos caminos para su pintura. Uno de sus profesores universitarios, José Luis Pajares, dice a propósito de estas creaciones: “Además de sus habituales cuadros, vemos deslumbrantes cajas de luz, Eva lleva años de experimentación, indagando a veces con inesperados riesgos y resultados, en estos materiales traslúcidos que son las resinas de poliéster. En ellos plantea una nueva situación al espectador, que ha de olvidarse de la gravedad para contemplar estas piezas de luz. Luz real e intocable que siempre nos atrapa la mirada, como sucede con las vidrieras de su León natal, con las que quizás veremos establecer pronto particulares evocaciones”.

Abstracción y expresionismo son las palabras que mejor definen los trabajos de Eva María. “Los míos son paisajes inventados –dice- que tienen como fin jugar con la luz y el color y los contrastes. Trabajo con una amplia gama de colores que aportan energía positiva. Para mí es muy importe el gesto y, muy especialmente, la incorporación de materia a los lienzos, quiero que ofrezcan sensaciones táctiles al espectador”.

Pero Eva María no se detiene, después de esta gran exposición está tomando una nueva senda, está realizando algunas vidrieras. “Sí, voy a descansar un poco de la pintura y voy a dedicarme a la vidriera que es algo que también me llena mucho. Estudié esta técnica en la Escuela de Arte, y me han salido algunos encargos. Es algo que llevo dentro desde niña, entonces mis padres me llevaron a ver runa fábrica de vidrio en Mallorca y me quedó dentro el gusanillo”.

Volvemos a las palabras del profesor de la artista: “Lo que hay detrás de esta pintura –explica- es un profundo lirismo, más que paisajes lo que emerge de ellas es un deseo de pintar la naturaleza, de establecer una feliz conexión con ella”.

(José Luis Onecha)Los paisajes de un virtuoso

El pintor palentino José Luis Onecha presenta sus óleos en la galería de arte Bernesga




El pintor palentino José Luis Onecha es, por derecho propio, uno de los clásicos de la pintura española. Sus óleos, de prodigiosa factura, nos hablan de temas bien distintos, desde recoletos bodegones a extraordinarios paisajes marinos.

Onecha, a pesar de que su estilo pictórico está relacionado con el clasicismo, incorpora ideas nuevas a sus cuadros. Trata, por ejemplo de que sus lienzos tengan dimensiones no habituales, trabajando especialmente con formatos panorámicos que otorgan una nueva dimensión a sus espectaculares paisajes.

En los últimos tiempos el artista ha ido ahorrando elementos en sus composiciones, hasta dejar solamente lo esencial. Esta labor de síntesis se observa sobre todo en sus paisajes urbanos en los que huye del detalle para detenerse y recrearse en el color y la luz.

“Pinceladas de trazo certero –dice Fernando Caballero- de trazo certero y seguro, pero casi inexistente, que recrean esas atmósferas cautivadoras que captan la atención del espectador con los mínimos recursos, sin cargar el lienzo de materia. Y esencia significa alma. El pintor no hace más que transmitir el alma y la personalidad del paisaje, un paisaje limpio e impecable pero muy rico en formas y matices, en elementos y recursos. De ahí que esa búsqueda permanente de la belleza a través del paisaje capte la esencia de la tierra, el agua, el cielo, la naturaleza.... la esencia del mundo que le rodea”.

Como leoneses lo que más interesa de la obra de Onecha, por su afinidad con los nuestros, son sus paisajes palentinos del Cerrato, o las orillas de los ríos pobladas de chopos orgullosos. Pero también, porque el artista ha tenido la atención de retratarla, admiramos su interpretación de la catedral leonesa, una imagen entrañable que Onecha ha llenado de fuerza, a través de un potente expresionismo, con un cielo de tormenta y una luz cegadora que aumentan la blancura del hermoso edificio gótico.

Poco a poco Onecha ha sabido auparse a ese olimpo de los que han encontrado en el paisaje el pretexto adecuado para comunicarse con el espectador.

jueves, 15 de mayo de 2008

(Bernabé Fernández)Un asturiano en la Gran Manzana

El pintor Bernabé Fernández muestra en Sharon Art sus obras pintadas en Nueva York



Bernabé Fernández Llana se ha convertido en asiduo visitante de las galerías de arte leonesas. Esta es su tercera exposición en Sharon Art y es, sin duda, la más colorista de las tres. Bernabé pertenece a esa gran familia de pintores asturianos que se concentra alrededor de la figura casi mítica de Favila.

Al artista le encantan las grandes estructuras viarias, las estaciones de trenes y todos lo que tenga relación con el movimiento de las personas. Para representar estos escenarios el pintor se desenvuelve en un mundo de grises acentuados por el formal colorido de las grandes estructuras de cemento. En ello sigue, pero hay importantes variaciones en los cuadros que ahora presenta en la sala de la calle de Cervantes.

Bernabé ha realizado un largo viaje a Nueva York, donde ha conocido los escenarios pictóricos de muchos de sus ídolos, de sus maestros, y esto ha hecho que su manera de pintar cambie radicalmente.

Ha pasado el pintor de la fría atmósfera de los grises asturianos a la cálida de los ocres, presentando unas obras que destilan sensaciones de optimismo. En dos podemos dividir su etapa americana, en una primera ha tratado de recuperar los ambientes de las pinturas de Edwar Hooper, para ello se ha centrado en la representación de varias cafeterías neoyorquinas en la hora mágica del desayuno, cuando el primer café termina de abrir los ojos de los ciudadanos de la gran metrópolis. Las siluetas apenas esbozadas de las personas forman un agudo contraste con el escenario de las funcionales cafeterías de la Gran manzana.

Pero hay otra vertiente en este caudal de nuevas obras de Bernabé, y son las dedicadas a retratar con minucioso cuidado las salas del Moma, el gran museo de Nueva York. Bernabé pinta en ellas también a las personas que visitan el centro, pero, sobre todo, reproduce con todo su colorido las pinturas de algunos de los grandes abstractos que conserva el museo. Unas obras sorprendentes conociendo la anterior línea del artista.

Bernabé promete volver a cruzar el charco, “Sí, viajaré muy pronto a América, ha pesar de la globalización allí me he encontrado con un mundo de imágenes muy diferente al que he estado pintando hasta ahora. Además, Nueva York tiene algo especial para un artista, en este momento creo que es la capital mundial de arte y eso se palpa en el ambiente. La próxima vez que exponga en León podrán verse los resultados de este nuevo viaje”.

(Chocolates Valor)El desembarco más dulce

Valor lleva al barrio romántico las mil y una variedades del chocolate



El chocolate llegó estar prohibido, fue considerado como un sensual manjar que incitaba al pecado. De cualquier manera desde su llegada de América significó una auténtica revolución. Las meriendas en torno al brasero con las generosas jícaras de chocolate despidiendo el incomparable aroma de este fruto, acompañado de los de la vainilla y la canela, fueron una constante en toda Europa. También en España, donde el chocolate del párroco después del rosario vespertino era de obligado cumplimiento.

Aunque las codornices y otras carnes cubiertas de chocolate son lejanas recetas que por derecho propio figuran en lo más escogido de la cocina tradicional. Pero ha tenido que ser la nueva cocina, la que ha puesto otra vez de candente actualidad este producto que para los indígenas americanos era alimento de los dioses.

Acaba de llegar a León, concretamente a la calle de Cervantes, en lo más típico del cuadrado que en su tiempo ocuparon las legiones romanas, una franquicia que representa a una de las fábricas de chocolates más antiguas y más prestigiosas de España. Valor.

“Desde tiempos inmemoriales –nos cuentan- hemos seleccionado el mejor cacao, mezclándolo con diferentes elementos para lograr la fuerza con la que hoy llega a su paladar en forma de chocolate. El secreto de su fabricación se basa en la selección de las mejores semillas procedentes de diferentes partes del mundo, con su correspondiente mezcla en las proporciones exactas. Preparamos el chocolate cuidando cada pequeño detalle para que sea disfrutado con paciencia, con lentitud, con todos los sentidos... despertando los más íntimos deseos de placer”.

La nueva chocolatería se ha ubicado en el local en el que estuvo durante muchos años el Café Cervantes, una enorme cafetería desparecida en los finales de los años sesenta, en los que podía verse una monumental cafetera que hoy sería pieza de museo, y una singular máquina de hacer agua de selz, que también debió ser salvada por poder considerársela como un monumento hostelero. Además de otros muchos detalles propios de los cafés de finales de los años treinta y principios de los cuarenta del pasado siglo, como sus mesas de mármol.

Un nuevo concepto de chocolatería

María Lourdes Tascón y Miguel Ángel Murillo, están al frente de este novedoso establecimiento que, además de una amplia barra y un cumplido espacio para las correspondientes mesas, tiene un delicioso rincón que es una auténtica boutique del chocolate. En él se pueden encontrar toda clase de bombones y los más sofisticados fabricados a partir del chocolate, que se pueden comprar por kilos, siempre perfectamente empaquetados, con todos los honores que tan finos presentes merecen.

Nos cuenta Miguel Ángel que decidieron abrir este establecimiento porque “Sabíamos que en León gusta mucho el chocolate y esta marca que representamos tiene muchísima calidad. Conocíamos a gente que viajaba a Asturias, a Gijón o a Oviedo para degustar chocolate, por eso pensamos que teníamos un sitio en León... y aquí estamos”.

Hay mas cosas pero en Valor se dedican con especial mimo al chocolate. Chocolate con y sin azúcar, espeso o ligero, en solitario o acompañado...

Los chocolates uno por uno

Vamos a referirles algunas de las especialidades de la casa: El más clásico es el chocolate a la taza con churros, que tiene la primera variación en el chocolate a la taza “a la española” y la segunda con el añadido de nata. Digamos que los chocolates se sirven aquí cada uno con su temperatura apropiada, por ejemplo los dos primeros a 75 grados, mientras que el acompañado por la nata, se sirve a 60. Vienen después el chocolate a la taza sin azúcar; el Soconucos; el blanco de Nepal, con cacao porcelana blanco y un ligero toque de vainilla; el Mediterráneo con cacao Carenero, que compendia los mejores sabores del Caribe con la naranja levantina; el Maya , con cacao criollo, impregnado de misticismo y con la suavidad de la canela.

En un segundo vuelco nos encontramos con el chocolate frío a la francesa; el frío con nata, la copa Valor, un granizado de chocolate puro con nata adornado con chocoperla y fideos de chocolate; los granizados de chocolate puro y chocolate blanco y la chocomerienda, un batido de chocolate con pan, ideal para la media tarde.

Delicias complementarias

Hay una tarta que se llama Pasión por el chocolate, que es un auténtico placer para los sentidos. Y hay también una serie de fondue acompañadas de frutas frescas de temporada, fresas, manzanas, piñas... También fresas con chocolate caliente y fresas con nata y chocolate caliente. Tampoco podemos olvidar sus profiteroles, rellenos de un delicioso mantecado; el tiramisú con queso mascarpone, las mousses de chocolate puro, choclote blanco y de fresa. Ni los helados bañados de chocolate negro. Ni los batidos, ni los granizados...

Los amantes del chocolate tienen, como pueden ver, un amplio muestrario para disfrutarlo de mil maneras diferentes, pueden dedicar días y días a tomar chocolates diferentes sin repetirse.

Otras especialidades

Pero si usted en vez de amante del chocolate lo es del café, también este puede ser un lugar perfecto para disfrutarlo. Cafés de Guatemala, de Jamaica, de Viena, expressos, bombón, capuchino, vienés... y un largo etc., que se conjuga con infusiones, zumos naturales y también repostería: churros, tostadas con aceite, croissant, ensaimadas, magdalenas... En fin que todos los paladares quedarán satisfechos.

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Chocolatería Valor

Calle de Cervantes número 4

León

Horario: de 9,00 a 13,30 y de

17,00 a 21,30 (sábados y domingos se cierra una hora más tarde)

Menú recomendado: Chocolate con churros a la taza

Precio: 2,40 euros

Calificación; (de 1 a 5) ****

domingo, 11 de mayo de 2008

La palabra pintada/ilustraciones e ilustradores

Leer León 2008 comienza con la muestra de ilustradores leoneses que ya llena de color las calles de la capital

La ilustración sale a la calle. Una extensa nómina de ilustradores, dibujantes y pintores principalmente leoneses, ha sido reunida en la acción “La Palabra Pintada” presente en las calles desde el día seis de este mes y que, además, tendrá su sede en el Centro Leonés de Arte a partir del 17 de mayo.

El mayor “culpable” de este evento es Salvador Armesto Núñez, o su alter ego multipolar, escueladepercusionesdeleon, quien se ha encargado de la coordinación de la muestra. “La Palabra Pintada –nos explica- es (habrá sido, será), simplemente; ni más ni menos que una muestra colectiva realizada con ocasión de la 3ª edición de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil “Leer León 08”, con el patrocinio de la Fundación Leer León, y que recogerá en sala, Palacete Independencia del Centro Leonés de Arte, en treinta mupis de la ciudad de León y en la red: www.palabrapintada.blospot.com, una panorámica amplia, diversa, y cronológicamente dilatada de los creadores castellanoleoneses más significativos en el campo de la ilustración. Un potpurrí sibarítico y diletante de individualidades y estilos”.
Treinta y ocho artistas y treinta y ocho visiones distintas del arte. “Cada ilustrador -dice Armesto- es un mundo y esta exposición una colección de láminas galácticas: una nebulosa de soles, estrellas y planetas a descubrir. Un universo creativo por explorar, un titileo de aislados destellos que se iluminarán en la noche de la ciudad, brillando con luz propia; vía láctea o laberinto que conducirá al curioso a las salas del decimonónico palacete del Centro Leonés de Arte, donde la mirada de la efigie catedralicia de Ramón y Cajal convertirá las estrellas en lepidópteros detenidos en su vuelo y pinchados en la pared para solaz y diversión de niños, jubilados y ociosos en general: Sic transit gloria mundi, que diría el clásico”.
En conjunto y sin orden ni concierto, treinta y ocho ilustradores, lo mejor de Castilla y León y algún foráneo: Manuel
Jular, Amancio González, Bruno R. Armesto, Manolo Sierra, Félix de Agüero, Raquel Roldán, Luis F. Sanz, Noé Bermejo, Jonathan Notario, Mikbaro, Javier Zabala, Karlos Viuda, Diego Blanco, Toño Benavides, González Macias, Blanca Amores, Noelia Oblanca, Silvia Prada, Grégori Saavedra, T. Mori, Manuel Gil, Máximo Tuja, Maria Luisa Torcida, Pablo García, Modesto Llamas Gil, Alejandro Terán, Salvador Armesto Núñez, Jorge Barrientos, Enrique Lorenzana, Juan Carlos Mestre, Elena Iglesias, Fernando Ampudia, Ana Rodríguez, Juan Darien, Lolo, Carmen García y Graciela Fernández; siendo los autores de los textos que acompañan a las ilustraciones, Carlos Trigueros y Luis García Martínez.

(Marcelino Cuevas y Vicente García)La naturaleza y lo urbano como poéticas de creación


Marcelino Cuevas y Vicente García expones sus fotografías panorámicas en una muestra itinerante que comienza en la sala de Caja España en La Pola de Gordón

Texto de Luis García Martínez

En el panorama actual del arte en la provincia de León se dan situaciones curiosas y quizás una que destaca en los últimos años es la creación de colectivos temporales, que facilitan la relación con instituciones o espacios expositivos, para la realización de muestras colectivas. El grupo en este caso está formado por Vicente García Pérez y Marcelino Cuevas, un dúo de fotógrafos que representan dos de los sectores básicos del mundillo del arte; por un lado el artista independiente y por otro el artista crítico.

En esta ocasión su proyecto tiene sentido itinerante, ya que se exhibirá en las salas de exposiciones que tiene en la provincia Caja España. La itinerancia se iniciará en La Pola de Gordón y después se presentará en otras localidades como La Bañeza, Veguellina de Órbigo, Bembibre o Ponferrada.

El origen de la propuesta surge de una invitación que realiza Vicente García Pérez (hombre con una amplísima experiencia en esto de los grupos y exposiciones colectivas) a Marcelino Cuevas para realizar un proyecto fotográfico conjunto. Como punto de partida que interrelacione a los dos creadores escogen un aspecto puramente técnico: la utilización de la fotografía panorámica. El tema elegido se centrará en la captación de la realidad paisajística intentando presentar dos espacios diferenciados de la realidad de nuestra provincia; por un lado el urbano que se centra en los lugares más emblemáticos de la ciudad de León, y por otro los espacios naturales más representativos de la provincia.

A Marcelino Cuevas y se le debe considerar como un periodista imprescindible en el ámbito de la cultura de las últimas décadas del siglo XX y los inicios del XXI en la provincia de León, tanto en el ámbito de la radio como en el de la prensa escrita. Su actividad como fotógrafo siempre ha estado presente de forma latente en su quehacer cotidiano haciéndose emergente en la muestra presentada en la Galería Ármaga en el año 2004 “Miradas”. Posteriormente vendrán otras como la presentada en colaboración con otro creador que desarrolla su trabajo en León, Salvador Armesto, con la muestra conjunta titulada “Arte urbano & grafitis obscenos”.

Vicente García es miembro fundador de la Asociación de Fotógrafos no Profesionales Focus, presenta en su trayectoria una intensa formación técnica y teórica. Cuenta con currículum expositivo muy amplio, vinculado en muchos casos con el mundo de la enseñanza.

Una ocasión interesante para podernos aproximar a la obra de dos creadores totalmente independientes, cuyo trabajo surge de un interés puramente intelectual y emocional ante el acto de disparar una cámara fotográfica.

Entre café y café... un libro


Cada día surgen nuevas ideas, nuevas formas de entender el comercio y la hostelería. Esta semana hemos dado la bienvenida al Espacio Lector Nóbel León. Se trata de un lugar donde los libros y la papelería se unen a un interesante rincón dedicado a ofrecer a los posibles lectores, cafés, chocolates, infusiones en general, zumos, refrescos, bollería e, incluso, bocaditos variados.

Esther Morán se ha traído el invento desde Cataluña, donde según cuenta “existen ya varias tiendas con estas características. Se trata de ofrecer las últimas novedades editoriales y un importante fondo de libros infantiles y juveniles, de volúmenes de cocina y gastronomía, libros de arte, etc., en un espacio amable donde se puedan mirar sin prisas y donde también se pueda tomar un café o lo que le apetezca a cada uno en cada momento. Los días de diario tenemos abierto desde las siete y media de la mañana, hasta los nueve de la noche, y los festivos desde las nueve de la mañana. Así que se puede venir a desayunar, a tomar café, a merendar... siempre rodeado de buenos libros”.

Espacio Lector Nóbel León, está situado en un amplio local en el mismo centro de la ciudad, en la calle Juan Lorenzo Segura, en el Edificio Roma, y muy pronto será punto de cita para otras muchas actividades. “Tendremos habitualmente cuenta cuentos, presentaciones de libros y otras muchas actividades culturales. Se trata de no ser fríamente una librería más, sino de convertirnos en un lugar de encuentro para los amantes de la literatura y también para los amantes de los libros en general”.

Podemos asegurarles que en la sección de gastronomía, que es la nuestra, hay una interesantísima selección de los últimos libros publicados sobre el tema, desde libros de recetas, hasta los breviarios de los más cocidos cocineros del país.

domingo, 4 de mayo de 2008

(Castilviejo)Paisajes para el recuerdo

La sala Lucio Muñoz de la Delegación de la Junta presenta la exposición del pintor zamorano Castilviejo.


Castilviejo, José María García Castilviejo (Zamora 1925-Valladolid, 2004) es uno de los clásicos de la pintura de Castilla y León. Lo más recordado de su obra es la larguísima serie de dibujos y grabados en la que retrató con singular acierto los paisajes y los hombres de esta Comunidad, aunque también como pintor su trabajo es muy relevante.

Al artista le dio tiempo a conocer las duras tierras de la meseta, las ancestrales parcelas cerealistas y los bravíos enclaves montañosos… pero sobre todo conoció a sus hombres, a esas familias labradoras tan duras como las piedras que jalonaban los caminos polvorientos.

Siguiendo los mismos cánones, interpretando los mismos rostros cuarteados por el sol, las mismas manos encallecidas con el roce de la hoz y el arado, la pintura de Castilviejo es muy semejante a la Vela Zanetti, aunque con una técnica mucho más depurada y un dibujo más preciso.

La exposición que estos días puede verse en la sala Lucio Muñoz, de la Delegación de la Junta, sorprende porque nada tiene que ver con la línea que Constelación Arte viene marcando durante los últimos años, desde que los gestores comunitarios decidieron que las exposiciones en sus salas de las capitales autonómicas, estuvieran dedicadas a los nuevos artistas, a los emergentes, que dirían las autoridades del Musac. En León perdimos entonces la línea de potenciación de los artistas leoneses que mantuvo con enorme acierto Luis Aznar, en colaboración con el ayuntamiento capitalino, pero ganamos una nueva perspectiva del arte contemporáneo en Castilla y León. Este regreso al clasicismo deja un poco fuera de órbita al espectador y, sobre todo, a la estupenda iniciativa cultural que con los más jóvenes se viene haciendo a través de visitas guiadas para los colegios de la ciudad.

De cualquier manera no hay duda de que los pueblos de barro, los palomares, los hórreos, las bodegas, las labores del campo y especialmente los labradores, tienen un tratamiento ejemplar en el trabajo del desaparecido artista. Sus grabados y dibujos son una auténtica delicia, a la vez que un precioso documento de un mundo rural que ya se ha perdido.

También podemos contemplar en la muestra el interés que el artista tenía por el mundo taurino, por el retrato y por ejercer con virtuosismo de dibujante en unos interesantísimos dibujos de sensuales desnudos.

“Son temas de mi pintura –decía el artista- los parajes amenos, los arroyos, los chopos, los campesinos abrasados por el sol de la siega, los barbechos y rastrojos, las espadañas de las viejas iglesias, los palomares arruinados…”.